Miré con dolor e impotencia. Me consumía _ ¿qué hago, donde ni soy querido?
Los ojos se encharcaron, despacito.
La lágrima desvirtuó la visión _ !Qué dolorcito! Y lloré.
En silencio, solo. Acepté.
Hay que saber irse.
Como dijo Lola: "si me queréis irse"
Si te quieres, vete. Y hazlo, tocando el violín 🎻
Las notas sonaron en mi alma. Movió mi mente, giré, lo deje atrás.
Cada paso, un suspiro, Cada lágrima, una nota.
La música de "dejar atrás "es de violín.
Sí, hay que saber irse.
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