El sonido llenó la sala, se mezcló con la luz.
Una danza que no tardó mucho en envolverme.
Primero tímido, me desprendí a cachitos de mi mismo.
La voz aguda extendió su mano de luz y sonido y ya...no pude resistirme.
Floté en el ambiente, me fui, sin irme. Salí sin dejarme.
La música lo aligera todo.
Me ví sentado, dándome permiso para aflojar y que una parte de mí danzara, rebotando entre el blanco de las paredes.
Maxi acostado, tranquilito. Sabía que no me iba a ninguna parte. Ni en este plano, ni en el otro.
El Laúd entonó calmado sus notas y la sala se expandió en todas sus dimensiones.
El MAESTRO Maxi lo observaba todo. Su ladrido; la señal.
Volar, sin Volarse.
Música: https://youtu.be/eJwSZIajEvI
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